YouTube - El Once tatuado en el alma - Ivan Sadovsky - Estudiantes de La Plata
EL MEJOR
jueves, 8 de abril de 2010
martes, 6 de abril de 2010
sábado, 3 de abril de 2010
SI TE PEGA DESPEGA Acta de derechos de la mujer maltratada. Nada justifica la violencia. ES UN DELITO DENUNCIALO
La violencia, medio que debiera estar ya desterrado en una sociedad civilizada, sigue actuando entre nosotros como si fuera el único medio, por medio del cual unos pocos hacen oír su voz, mientras que la mayoría, perjudicada, ha de seguir aguantando.
Acta de derechos de la mujer maltratada
Yo tengo derecho a no ser golpeada jamás
Yo tengo el derecho de cambiar la situación
Yo tengo el derecho de vivir libre del temor a ser golpeada
Yo tengo el derecho de requerir y esperar una correcta atención por parte de la policía y los sistemas de atención que necesite
Yo tengo el derecho de compartir mis sentimientos y no ser aislada de familiares, amigos y otras personas
Yo tengo derecho a ser tratada como una persona adulta
Yo tengo derecho a salir de un ambiente de maltrato
Yo tengo derecho a mi privacidad
Yo tengo el derecho de expresar mis propios pensamientos y sentimientos
Yo tengo derecho a desarrollar mis habilidades y talento personal
Yo tengo el derecho de denunciar a mi esposo/compañero golpeador
Yo tengo derecho a no ser perfecta.
Si existe violencia en su relación, debe:
Reconocer el problema y considerarlo seriamente
Conversar con su pareja y decirle que la violencia debe terminar
Dejar de justificar la violencia diciéndose que a veces uno mismo la provoca con su actitud.
Nada justifica la violencia,
Las mujeres no deben avergonzarse ni sentirse culpable por sufrir estas agresiones .Una gran cantidad de mujeres la sufren diariamente. Lo importante es tomar fuerza para cambiar esa situación.
Si UD. es víctima de violencia doméstica:
No se aísle, busque familiares o personas amigas y cuénteles su problema.
Busque un lugar donde refugiarse en momentos de emergencia, si se ve imposibilitada de quedarse en su hogar.
No se quede aguantando, pensando que todo pasará y que la calma volverá. La violencia puede ser peor y su vida y la de sus hijos corre peligro.
Busque asistencia legal e infórmese de sus derechos y de las leyes que la protegen.
Es aconsejable que la mujer víctima de violencia doméstica tenga una salida a la comunidad, haga la denuncia, se rodee de testigos, hable en los lugares a los que concurre, todo lo que sea necesario para que la comunidad entre en este tema, que salga del hogar.
El espacio público es el que puede ayudarla a romper ese círculo.
En esa salida a la comunidad, es fundamental, ni bien suceda la situación de violencia, hacer la denuncia en la comisaría o en los tribunales, sobre todo que no se quede con la exposición civil, que se haga la denuncia.
Dentro de lo posible, es conveniente que vaya acompañada, porque el refuerzo de otra persona le da más seguridad, y que insista en que le tomen la denuncia porque si hay violencia hay delito y tiene que ser tomada la denuncia.
También tiene que concurrir, si hay muestras físicas, al primer centro asistencial nacional, provincial o municipal, donde quede muy claro el diagnóstico, un antecedente, si es que la comisaría no tiene médico forense.
Si hay un forense en la comisaría, la debe revisar.
Debe tomar la mayor cantidad de recaudos posibles y datos para que puedan ser volcados en su expediente, tratar de tener siempre a mano todos los documentos de la mujer y los niños, todo lo que le permita acreditar ante el tribunal los vínculos, y los títulos de propiedad de los bienes en común.
Una vez que sabe que Juzgado interviene, debe concurrir y recurrir a cualquier tipo de centro de asistencia donde haya tratamiento de ese tema.
Si bien la sola acción jurídica no remedia este tipo de situaciones, es muy importante que la mujer pueda reconocer y defender sus derechos.
La denuncia debe hacerse lo antes posible en:
La comisaría de la zona
La fiscalía del departamento judicial
El juzgado penal de turno.
En algunas comisarías tratan de evitar recibir las denuncias, pese a que tienen la obligación de hacerlo
Los/as médicos tienen la obligación de denunciar el delito y asentarlo en el libro de guardia. Es fundamental extender un informe sobre: motivos de la atención, gravedad de las lesiones, deformaciones permanentes, secuelas o consecuencias de incapacidad, debilidad mental u orgánica, problemas para engendrar o concebir, abortos provocados, etc.
Una denuncia eficaz requiere la mayor cantidad posible de pruebas. Aunque la mayoría de estos hechos suceden a puertas cerradas, es importante buscar testigos, avisarle a las vecinas, familiares y, si es posible, agentes de la comisaría más cercana. Cuando se produce el hecho violento gritar fuerte, abrir puertas y ventanas para que se escuche bien, correr hacia la puerta, tocar los timbres, llamar a los vecinos y pedirles los nombres, dirección, número de documento.
Todos pueden servir de testigos, aún parientes cercanos o hijos/as.
Es importante juntar otras pruebas: huellas de pelea, ropa rota o con sangre, armas u objetos utilizados, que un tercero tome fotografías en colores de moretones o heridas y guardar el recibo, nombre del comercio que hizo el revelado, el lugar y la fecha.
El/la juez puede excluir al golpeador del hogar conyugal.
Si la mujer deja el hogar debe hacer la denuncia por lesiones y amenazas, y aclarar que se aleja del hogar porque está en peligro su integridad física y que ello no implica abandono malicioso del hogar. Esto no le ocasionará perjuicios respecto de la tenencia de los hijos.
Los malos tratos son causales de injurias para obtener el divorcio por culpa exclusiva del cónyuge golpeador.
El círculo de la violencia solo puede interrumpirse mediante la intervención externa.
En unas Jornadas Interdisciplinarias de Violencia aprendí esto que me sirvió para luchar contra la violencia de género y quise compartirlo con Uds.
Fuente:-Centro Municipal de la Mujer- Primeras Jornadas Interdisciplinarias sobre Violencia Familiar de la zona norte -Vicente López, 1994.
jueves, 1 de abril de 2010
El progreso de una nación depende de su población, si tenemos jóvenes sanos física y mentalmente construimos un país libre de drogas.
Los múltiples factores desencadenantes del comportamiento de los niños y adolescentes van asociados a la desintegración familiar, deterioro social y problemas económicos.
Estos son causales propicias e influyen en el joven para iniciar el consumo de drogas llevándolo posteriormente a la deserción escolar y luego cometer actos delictivos que va desde el hurto hasta el homicidio.
Las drogas generan violencia y esta a su vez es considerada una enfermedad social que ha adquirido y se convirtió en uno de los problemas de salud pública mas graves que aquejan a nuestro país, siendo la situación mas alarmante entre adolescentes de 10 a 17 años.
Los niños y jóvenes con problema de droga trastornan la familia, la comunidad y la sociedad en general y ponen en peligro su desarrollo sano y sostenible.
Tanto la droga, como el maltrato y la violencia provocan secuelas psicoafectiva que tendrán un impacto negativo en mayor o menor medida en el proceso de crecimiento y desarrollo del ser humano durante la infancia y adolescencia y así mismo condicionarán la posterior adaptación social del sujeto sano, dejando evidente que la edad e inicio del consumo de drogas se encuentra entre los diez y diecisiete años, o sea inicio de la adolescencia.
Por otro lado es evidente que la desintegración familiar y la falta de bases sólidas dentro del hogar, la paternidad irresponsable (problema muy común entre nuestros adolescentes), la pobreza, la falta de trabajo de los padres, el hacinamiento, el no tener una vivienda digna son factores desencadenantes para el comportamiento de estos niños/as y adolescentes.
La deserción escolar es producto del inicio del consumo de drogas a edades tempranas.
En nuestro país, las estadísticas nacionales muestran que los indicadores más graves se concentran en la escuela media, con una abandono interanual del 8,54% en los primeros años, que llega al 19,79% en los últimos tres. Esto afecta, principalmente, a 270.000 adolescentes.
La repitencia, que tiene gran incidencia en el abandono escolar, es del 10,38% en los primeros años del secundario y de 7,58% en los últimos.
El problema de la deserción es serio, sobre todo en los últimos tramos del secundario, el abandono es el último segmento de un proceso cuyos primeros síntomas son el bajo rendimiento escolar, la repitencia y el ausentismo, por lo cual se vuelve fundamental fijar medidas de prevención.
Si bien ley de educación nacional fija la obligatoriedad de todo el secundario y establece como objetivos garantizar la inclusión educativa y garantizar a todos los accesos y las condiciones para la permanencia y el egreso de los diferentes niveles del sistema educativo.
El hecho de que la secundaria sea obligatoria, amplia el compromiso del Estado, y que si bien el problema del abandono requiere políticas públicas, las estrategias deben ser individuales porque cada chico es un mundo. Y al respecto no existen políticas públicas ya que la deserción existe, es un problema y como tal tiene que ser atendido
Finalmente si no hacemos todos los esfuerzos necesarios que involucre a instituciones publicas y privadas para ayudar a nuestros jóvenes a salir del circulo de la droga estaremos cultivando una juventud enferma y no jóvenes que resulten a futuro productivos para la familia y el país.
El progreso de una nación depende de su población, si tenemos jóvenes sanos física y mentalmente construimos un país libre de drogas.
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