lunes, 12 de mayo de 2014

EL TREN DE LA VIDA.



La vida se asemeja a un viaje en tren.
Con sus estaciones y cambios de vía, algunos accidentes, sorpresas agradables en algunos casos, y profundas tristezas en otros.
Al nacer, nos subimos al tren y nos encontramos con nuestros padres, creemos que siempre viajarán a nuestro lado.
Pero en alguna estación ellos se bajarán dejándonos seguir el viaje, de pronto nos encontraremos sin su compañía y su amor irreemplazable. No obstante, muchas otras personas que nos serán muy especiales y significativas, se irán subiendo al tren de nuestra vida.
Nuestros hermanos, amigos y en algún momento, el amor de nuestra vida.
Algunos tomarán el tren, para realizar un simple paseo.
Otros durante su viaje pasarán por momentos de oscuridad y tristeza. Y siempre encontraremos quienes estén dispuestos ayudar a los más necesitados.
Muchos al bajar, dejan un vacío permanente, otros pasan tan desapercibidos que ni siquiera nos damos cuenta que desocuparon sus asientos.
Es curioso ver como algunos pasajeros, aún los seres queridos, se acomodan en coches distintos al nuestro.
Durante todo el trayecto están separados, sin que exista ninguna comunicación.
Pero en realidad, nada nos impide que nos acerquemos a ellos si existe buena voluntad de nuestra parte, de lo contrario, puede ser tarde y encontraremos a otra persona en su lugar.
El viaje continúa, lleno de desafíos, sueños, fantasías, alegrías, tristezas, esperas y despedidas.
Tratemos de tener una buena relación con todos los pasajeros, buscando en cada uno, lo mejor que tengan para ofrecer.
En algún momento del trayecto, ellos podrán titubear y probablemente precisaremos entenderlos pero recordemos que nosotros también, muchas veces, titubeamos y necesitamos a alguien que nos comprenda.
El gran misterio para todos, es que no sabremos jamás en qué estación nos toca bajar, como tampoco dónde bajarán nuestros compañeros de viaje, ni siquiera el que está sentado a nuestro lado.
A veces pienso en el momento en el que me toque bajar del tren. ¿Sentiré nostalgia, temor, alegría, angustia...? Separarme de los amigos que hice en el viaje, será doloroso y dejar que mis hijos sigan solos, será muy triste, pero me aferro a la esperanza de que en algún momento, tendré la gran emoción de verlos llegar a la estación principal con un equipaje que no tenían cuando iniciaron su viaje, lo que me hará feliz, será pensar que colaboré para que ellos crecieran y permanecieran en este tren hasta la estación final.
Por eso hagamos que nuestro viaje en este tren tenga significado, que haya valido la pena.

REFLEXION: Vivamos de manera que cuando llegue el momento de desembarcar, nuestro asiento vacío, deje lindos recuerdos a los que continúan viajando en el Tren de la Vida. !!! FELIZ VIAJE!!!

Fuente: http://www.reflexionesparaelalma.net 

jueves, 8 de mayo de 2014

El arte de navegar por la vida.


El pesimista se queja del viento.
El optimista espera que cambie.
El realista ajusta las velas.



El arte de navegar es como el arte de vivir.
El arte de navegar no tiene escuela, es como el arte de vivir: armonía de diferencias.
El navegante es profundamente autodidáctico. Sabe que el aire es mente, el agua emoción, el barco su cuerpo físico, el naufragio, renacimiento y aprendizaje.
Navegar es indispensable, durar no. 
El barco en el muelle está seguro, pero no navega. 
Por eso al velero anclado en el fondeadero se lo conoce como "muerto". Mejor temporal que parado vitalicio. 
Los caracoles están llenos de chismes, pero no navegan.
Las perlas abundan pero no flotan, hay que internarse en las profundidades del corazón para encontrarlas. 
La alegría no desperdicia momentos como lo hace la tristeza.
No podemos dominar a los elementos naturales desatados, pero si estudiarlos y respetarlos.
El navegante sabe lo que hace la corriente.
Por eso aquieta su cuerpo emocional, lo estabiliza, porque las olas que surgen de los mares tempestuosos internos, engolfan al nadador más experimentado, le impiden la luz e inutilizan todos sus planes en movimientos desesperados y agotadores.
Cuando se debe ir contra el viento nunca hay que cazar las velas hasta el extremo de que la embarcación se detenga y muera.
En temporal conviene alejarse de la costa y no entrar en bahías. 
Buscando seguridad perdemos horizonte.
Un solo viaje no puede agotar todas las experiencias.
Una sola vida no es la única oportunidad para el hombre. 
Equivócate pero navega.
Enciende la vela de tu vida para que todo tome sentido.
La eternidad te pertenece.
Si la piedra lanzada tuviera conciencia creería que está volando porque quiere.
No hay forma de explicar cómo el agua se hace ola: desde el mar nunca hubo olas sino agua.
Dejemos en paz la palabra, !!!!! Naveguemos !!!!

Reflexión:
Nadie dijo que la vida sería fácil, solo prometieron que valdría la pena vivirla.

Fuente: Del libro de Enrique Mariscal: "Navegar por la vida




Jugadores de Argentinos Juniors de toda la historia: Jose Luis Calderon

Jugadores de Argentinos Juniors de toda la historia: Jose Luis Calderon

miércoles, 7 de mayo de 2014

Decálogo de la serenidad


1. Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez.
2. Sólo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto: cortés en mis maneras, no criticaré a nadie y no pretenderé mejorar o disciplinar a nadie, sino a mi mismo.
3. Solo por hoy seré feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no sólo en el otro mundo, sino en este también.
4. Sólo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten todas a mis deseos.
5. Sólo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura; recordando que, como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la buena lectura es necesaria para la vida del alma.
6. Sólo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie.
7. Sólo por hoy haré por lo menos una cosa que no deseo hacer; y si me sintiera ofendido en mis sentimientos procuraré que nadie se entere.
8. Sólo por hoy me haré un programa detallado. 
Quizá no lo cumpliré cabalmente, pero lo redactaré. 
Y me guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión.
9. Sólo por hoy creeré firmemente aunque las circunstancias demuestren lo contrario que la buena providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie existiera en el mundo.
10. Sólo por hoy no tendré temores. 
De manera particular no tendré miedo de gozar de lo que es bello y de creer en la bondad.

Autor: Juan XXIII Fuente comunidad Internacional Reiki Dragón Rojo

lunes, 5 de mayo de 2014

Ser como el halcón

El Vuelo del halcón



Un rey recibió como obsequio dos pequeños halcones y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara.

Pasado unos meses el maestro le informó al rey que uno de los halcones estaba perfectamente, pero que al otro no sabía que le sucedía, no se había movido de la rama donde lo dejó desde el día que llegó.
El rey mandó a llamar a curanderos y sanadores para que vieran al halcón, pero nadie pudo hacerlo volar.
Al día siguiente el monarca decidió comunicar a su pueblo que ofrecería una recompensa a la persona que hiciera volar al halcón.
A la mañana siguiente, vió al halcón volando ágilmente por los jardines. 
El rey le dijo a su corte, "Traédme al autor de este milagro." Su corte le llevó a un humilde campesino.
El rey le preguntó: "¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres acaso un mago?".
Intimidado el campesino le dijo al rey, "Fue fácil mi Señor, sólo corté la rama y el halcón voló, se dio cuenta que tenía alas y se largó a volar."
¿Sabes que tienes alas ? ¿Sabes que puedes volar? ¿A qué te estás agarrando? ¿De qué no te puedes soltar?
No puedes descubrir nuevos mares a menos que tengas el coraje para volar.
Vivimos dentro de una zona de comodidad, allí viven nuestros temores, nuestros valores y nuestras limitaciones. 
En esa zona reina nuestro pasado y nuestra historia, y por lo general creemos que es nuestro único lugar y modo de vivir.
Tenemos sueños, queremos resultados pero no estamos dispuestos a correr riesgos, nos conformamos con lo que tenemos, creemos que es lo único y posible y aprendemos a vivir desde la resignación.
El liderazgo es la habilidad que podemos adquirir cuando estamos dispuestos a correr riesgos, cuando aprendemos a caminar en la cuerda floja, cuando estamos dispuestos a levantar la vara que mide nuestro potencial.
Un verdadero líder tiene: Seguridad en sí mismo para permanecer solo. Coraje para tomar decisiones difíciles. Audacia, para transitar hacia nuevos horizontes con pasión y ternura suficientes para escuchar las necesidades de los demás.
El hombre no busca ser un líder, se convierte en uno de ellos por la calidad de sus acciones y la integridad de sus intentos.
Los líderes son como los halcones, no vuelan en bandadas, los encuentras cada tanto y volando alto. 

Reflexión; Ser como el halcón, mirar lejos, volar alto, y sin miedo de exponer el pecho.

Fuente: http://www.nuestraedad.com.mx/elvuelodelhalcon.htm