El
pesimista se queja del viento.
El
optimista espera que cambie.
El
realista ajusta las velas.
El
arte de navegar es como el arte de vivir.
El
arte de navegar no tiene escuela, es como el arte de vivir: armonía de
diferencias.
El
navegante es profundamente autodidáctico. Sabe que el aire es mente, el agua
emoción, el barco su cuerpo físico, el naufragio, renacimiento y aprendizaje.
Navegar
es indispensable, durar no.
El
barco en el muelle está seguro, pero no navega.
Por eso al velero anclado en el
fondeadero se lo conoce como "muerto". Mejor temporal que parado
vitalicio.
Los
caracoles están llenos de chismes, pero no navegan.
Las
perlas abundan pero no flotan, hay que internarse en las profundidades del
corazón para encontrarlas.
La
alegría no desperdicia momentos como lo hace la tristeza.
No
podemos dominar a los elementos naturales desatados, pero si estudiarlos y
respetarlos.
El
navegante sabe lo que hace la corriente.
Por
eso aquieta su cuerpo emocional, lo estabiliza, porque las olas que surgen de
los mares tempestuosos internos, engolfan al nadador más experimentado, le
impiden la luz e inutilizan todos sus planes en movimientos desesperados y
agotadores.
Cuando se debe ir contra el viento nunca hay que cazar las velas hasta el extremo de que la embarcación se detenga y muera.
Cuando se debe ir contra el viento nunca hay que cazar las velas hasta el extremo de que la embarcación se detenga y muera.
En
temporal conviene alejarse de la costa y no entrar en bahías.
Buscando
seguridad perdemos horizonte.
Un
solo viaje no puede agotar todas las experiencias.
Una
sola vida no es la única oportunidad para el hombre.
Equivócate pero navega.
Enciende la vela de tu
vida para que todo tome sentido.
La eternidad te
pertenece.
Si la piedra lanzada
tuviera conciencia creería que está volando porque quiere.
No hay forma de explicar
cómo el agua se hace ola: desde el mar nunca hubo olas sino agua.
Dejemos en paz la
palabra, !!!!! Naveguemos !!!!
Reflexión:
Nadie dijo que la vida sería fácil, solo
prometieron que valdría la pena vivirla.
Fuente: Del libro de Enrique Mariscal: "Navegar por la vida
Fuente: Del libro de Enrique Mariscal: "Navegar por la vida
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