La niñez es la edad dichosa de la Humanidad. Es esa edad perdida de las fábulas en las diferentes razas y culturas.
Es la etapa de la vida mientras que cada uno de nosotros fue sumando las proyecciones como individuos en su forma de ser y en su quehacer. Por lo tanto la niñez es la fantasía del ser humano, es el cultivo de la inteligencia.
Como sean tratados los niños en su infancia así será el futuro de los mismos.
Los niños son una postal vigente de lo que será el futuro de cada nación.
De tal manera que el desarrollo de un pueblo se mide en la forma en que su niñez es tratada.
La niñez requiere de especial cuidado de la familia, de la sociedad, del Estado, del sistema educativo y este cuidado debe ser sembrado desde la infancia.
Esto como se viene desarrollando en nuestro país no ha sido evidentemente nuestro caso. La inoperancia pública que se tiene con la niñez en nuestro país en grado de abandono es simplemente profunda.
Lo reflejamos día a día en el trato apático y sin inmutarse que es capaz de tolerar el incremento de los niños en situación de riesgo.
Los discursos resultan muy buenos cuando están en campaña pero si no le otorgamos lo básico se pierde cuando el niño se estrella contra el muro de la realidad.
Sencillamente deben existir políticas públicas que mejoren la calidad de vida, los valores de la población y el respeto para con esos valores, y en particular, el proyecto más hermoso de todos, el más trascendente por mucho a cualquier otro que se le comparase:”la atención a la niñez”.
Muchos ven los problemas de la sociedad como si ellos estuvieran aislados y como si solo representaran “problemas” que pueden resolverse sin atender a los demás, por cierto, una forma superficial de referirse a los “problemas” sin relacionarlos, lo cual revela evidentemente la falta de estudios y formación para encararlos y entonces el problema pasa a convertirse en “problemática” evidenciando con ello una mayor ignorancia y desconocimiento del mismo.
El problema de la niñez abandonada en nuestro país, resulta ser el más decisivo e importante que debemos enfrentar y debe solucionarse ahora.
Porque es la patada inicial de una infinidad de problemas terribles, entre los que se encuentran la inseguridad, al auge del delito, la violencia desatada, el consumo de drogas.
Un niño adopta las necesidades y carencias como su forma de vida, es porque tuvo una infancia en donde fueron ultrajados sus derechos, su dignidad, su amor y respeto hacia la vida.
El delito, es una conducta aprendida por la condición humana, el ser humano es noble por naturaleza, pero si lo criamos en un ambiente hostil y lleno de carencias crecerá y desarrollará una personalidad agresiva porque no vivió otra cosa.
La sociedad debe siempre aspirar a ser más inteligente, a ser más humana, una niñez abandonada es el más claro ejemplo de indiferencia por parte de quienes ejercen la función pública y también de la sociedad, es el fracaso en todos los órdenes de la vida.
Si seguimos viendo indigentes, niños juntando cartones, niños en los semáforos pidiendo una moneda estamos frente a la desidia del Estado y de la sociedad y entonces acá hay un eje y engranajes que funcionan mal.
La indigencia y la mendacidad tiene culpables señores, pero no hay que perder el tiempo buscando culpables, sino que desde arriba hay que empezar a administrar las políticas de Estado como se debe suscribiendo compromisos para comenzar a dignificar al hombre dentro de la sociedad lo que va a garantizar que los niños y niñas que están viviendo en condiciones de extrema pobreza, de pobreza producto de las condiciones de abandono, la violencia, los abusos, el maltrato, la droga puedan salir de esto.
La niñez abandonada es una problemática que nos compromete socialmente a todos al Estado en primer lugar y por supuesto, a la sociedad civil, porque los adultos somos los responsables de hacerles cumplir a los funcionarios que elegimos que cumplan con lo plasmado en las Leyes y que administren las políticas públicas destinándolas a donde tienen que ir.
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