Para algunos niños, la calle es el lugar
donde encuentran su casa, sus padres, sus juegos, su educación, su salud y el
afecto.
Para otros, en cambio, las calles son el
lugar donde se reúnen desde el amanecer hasta la medianoche.
Privados del amparo y protección de
la familia, de sus afectos duermen en
cajas de basura, parques o en el propio asfalto.
La edad de estos niños oscila entre los 8 y los 17 años.
Son especialmente vulnerables a la
victimización, la explotación y el abuso.
La indiferencia internacional al
problema ha dado lugar a la negligencia y al abuso continuo de estos niños.
Según la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), todo niño tiene derecho a un nivel de vida adecuado
para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social.
La falta de techo niega cada uno de esos
derechos.
La naturaleza oculta y aislada de los
niños de la calle hace que sea difícil elaborar estadísticas precisas, sin
embargo UNICEF calcula que hay aproximadamente 100 millones de niños en esta
situación, cifra que va en constante crecimiento.
Hay hasta 40 millones de niños de la calle en América Latina y por
lo menos 18 millones en la
India.
La falta de vivienda es en mayor medida un fenómeno urbano, pero
los niños de la calle se encuentran en todas las regiones del mundo,
Latinoamérica y la
India son conocidos por su gran población de niños de la
calle
Muchas chicas viven en la calle, aunque
la cifra es menor que en el caso de los chicos debido a que para las familias
son más "útiles" en el hogar, para cocinar o para cuidar de los
hermanos más pequeños.
Las niñas también tienen una mayor
vulnerabilidad a la trata con fines de explotación sexual y otras formas de
trabajo infantil.
Hay
tres grupos diferentes de "niños de la calle”:
Los que no tienen casa ni apoyo
familiar., que son los que van de un lugar a otro.
Los que dan una vuelta por sus familias
regularmente, e incluso podrían volver cada noche a dormir a casa, pero pasan
prefieren la calle debido a la pobreza,
al hacinamiento o al abuso sexual o físico en algunos casos.
Los que reciben atención
institucionalizada. En este caso los niños provienen de una situación de falta
de vivienda y se encuentran en riesgo de volver a la calle.
Los niños sufren los efectos de las
crisis políticas, económicas y sociales dentro de sus países más severamente
que los adultos, y muchos no tienen el apoyo institucional adecuado para atender
sus necesidades especiales y con el tiempo, terminan en las calles.
La vida en la calle tiene efectos muy dañinos para los niños.
Su estilo de vida inestable, la falta de
atención médica y las malas condiciones de vida aumentan la susceptibilidad de
estos jóvenes a contraer enfermedades crónicas,como infecciones respiratorias o
del oído, trastornos gastrointestinales y enfermedades de transmisión sexual,
incluido el VIH. Deben valerse por sí mismos para encontrar qué comer y muchos
son tentados por adultos o jóvenes mayores para que se dediquen a la venta de
drogas, al robo o a la prostitución.
El consumo de drogas por parte de estos
jóvenes es común. Es un medio para aliviar el dolor y hacer frente a las
dificultades asociadas a la vida callejera. Según estudios realizados, hasta el
90 % de los niños de la calle consumen sustancias psicoactivas, incluidos los
medicamentos, el alcohol, los cigarrillos y productos industriales y de fácil
acceso como el pegamento.
El crecimiento mental, social y
emocional de estos niños se ve afectado por su estilo de vida ambulante y por
la forma en que son castigados por las autoridades que constantemente los
expulsan de sus hogares improvisados, tales como portales, bancos de los parques
o andenes.
Algunos países de América Latina como
Colombia, Guatemala, Honduras, Argentina y Brasil son conocidos por la tortura
y violencia inflingidas a niños de la calle por parte de los agentes de
policía.
A estos niños les falta seguridad, protección
y esperanza, y siguen teniendo un profundo estigma negativo porque les falta
amor.
REFLEXION: muchas son las formas de colaborar para
acabar con este problema social.
Hay ONG's que han sido creadas especialmente para
ayudar a personas sin hogar, tanto niños como adultos.
Pero también es importante concienciar a todo el
mundo sobre este problema, porque el problema social nos compete a todos.
Hoy en día vivimos una situación muy complicada en
nuestro país, padecemos inseguridad, violencia, falta de oportunidades, un
entorno social que refleja toda la problemática que hay en la actualidad.
Lamentablemente hay otros aspectos que nos deben
preocupar a todos, la pobreza extrema que afecta principalmente a nuestros
niños, y digo “nuestros” porque representan
el futuro del país, y son los niños de todos.
Más allá del camino que quieran y sueñen tomar, no
es permisible que como sociedad no nos afecte las condiciones en las que viven
miles de niños que en lugar de pensar que quieren ser de grandes, en lugar de
pensar en juegar piensan en si van a
comer, esta situación afecta su desarrollo físico y mental.