En la ciudad
de La Plata en octubre de 1970 nacía José Luis Calderón, es un ex futbolista y actual entrenador argentino que se desempeñaba como delantero dueño de un físico privilegiado que le permite seguir dando lucha.
Comenzó a jugar profesionalmente en Defensores de Cambaceres, donde debutó y ganó el campeonato de Primera C en 1991
Transferido
a Estudiantes
de La Plata al año siguiente, obtuvo el ascenso a Primera División en 1995 al
ganar el torneo de la 1 B Nacional
Luego
alternó entre distintos clubes de Argentina , Italia y México y se coronó campeón, ya en Primera
División y nuevamente con el conjunto platense Apertura 2006 torneo
en el que marcó 9 goles, tres de ellos en el clásico rival Gimnasia y
Esgrima en el que Estudiantes logró un histórico triunfo del aún
recordado 7 a 0
Está en el selecto grupo de goleadores del futbol de Argentina que superaron los 320 goles.
1
¿Quién es José Luis Calderón?
Un tipo
que siempre logró lo que quiso a través de trabajo y sacrificio.
Un tipo
que antes era caradura y ahora tímido.
Un tipo
frontal, recto, con los códigos que muchos perdieron.
2 ¿Y
cómo futbolista?
Un
laburante que sigo entrenándome como el primer día.
3 ¿Qué hiciste con el primer dinero que te dio el fútbol?
En
el 94 había juntado mi primera plata importante para comprar un departamento.
Mi viejo
vendía fruta en un carrito y se le rompió.
“¿Qué te
gustaría hacer?”, le pregunté. “Un taxi sería ideal”, me dijo.
Fui, saqué la plata, y le compré el taxi.
Y lo puso
todo de Gimnasia: con calcomanías, escudo, banderita...
4
¡¿Tu viejo era hincha de Gimnasia?! Pero
fanático, enfermo del Lobo.
Me llevaba
a ver a Gimnasia los sábados
5 ¿No había pica?
Una vez
nos peleamos mal. Fue en el 95, cuando ganamos el clásico 3-0 con dos goles
míos y uno de Catán.
En un gol
revoleé la camiseta.
Mi viejo
siempre me esperaba con mate, tostadas, y hablábamos del partido. Esa tarde,
llegué y me dijo “te felicito, ¿estás contento?”. Y yo: “Sí, pa, ¿tomamos unos
mates”. Agarró el mate y el termo.
“Toma, acá
los tenés, cébate vos solito”. Y se fue. “Pero, papá, no te calentés”, le dije.
“Pero pendejo de mierda, ¿qué te crees que sos?, ¿cómo vas a revolear la
camiseta así?”.
Estuvo una
semana sin hablarme.
Siempre me
quedó una sensación con él: nunca me demostró la felicidad que él tenía porque
yo jugara en Primera.
Si metía
dos goles, me criticaba por un pase.
Siempre me
rompía los huevos.
Por eso soy así hoy, muy exigente conmigo
mismo, no me conformo con nada.
6 ¿Imaginabas que ibas a llegar a los 36 años jugando en Primera?
Cuando
volví de México a Independiente y no jugué, en 2003, pensé en largar todo.
Pero
me terminaron dando más fuerza.
“Les voy a
demostrar que estoy para seguir, porque tengo hambre y porque no me van a
retirar, sino que yo solito voy a tomar esa decisión”.
7 ¿Cuál es la clave de tu vigencia?
El cuerpo
te pasa la factura a partir de los 30 años.
Si a esa
edad el cuerpo no te responde, significa que en la juventud no hiciste las
cosas bien. Es la señal de cómo te manejaste.
Yo jamás
recibí esa señal. Todo pasa por la alimentación, el cuidado personal, saber
cuándo hay que salir y cuándo no.
En eso soy
muy rompe pelotas.
8 ¿Hasta cuántos días antes te permitís tener sexo?
Lo
hice hasta un día antes de concentrar, y todo bien.
Lo hablé
con un psicólogo y con mis compañeros, y la conclusión es que todo pasa por la
mente.
Por ahí
estuviste una o dos semanas sin sexo, y no te podes mover en la cancha.
Te mata
más la salida, ir a tomar una cerveza, el baile, el franeleo, el
precalentamiento en sí más que el resto.
9 ¿Tanta bicicleta de pibe influye en este presente?
Puede ser.
De joven, laburaba en el centro de La Plata en una panadería, de ahí me iba en
bici diez kilómetros hasta Ensenada para practicar con Cambaceres, y a la
vuelta también en bici.
Eso lo
hice día por medio durante 3 años. O sea: 20 kilómetros por día, 60 por semana,
seguí la cuenta vos.
10
¿No terminabas fusilado?
Sí, había
días que pensaba: me tengo que decidir, el trabajo o el fútbol, quería tirar
todo por la ventana. Encima, por ahí caían los chicos del barrio a buscarme: “José
(acentuando la “o”), ¿vamos a jugar un partido con los pibes por la cerveza?”.
Y arrancaba.
11 Con esa base, un entrenamiento te debe hacer cosquillas.
A veces
estás entrenando y te agarran bajones, o te quejás porque el profe te hace
correr seis pasadas de cuatrocientos.
Y yo
pienso: antes andaba 20 kilómetros en bici, y en el medio me entrenaba, no me
puedo quejar.
Me la
cantó clarita un día el Gordo Garisto.
Estaba
comiendo en la concentración y me trajeron un milanesa un poco crudo. “Adela,
me la puede cocinar un poco más”, le pedí.
Y vino el
Gordo: “Caldera, ¡pegate una vuelta por el pasado!
Acordate
del mate cocido con pan duro”.
Tenía
razón. “Adela, traémela así que está bárbara”, le pedí enseguida.
Hay que
darse una vuelta por el pasado más seguido.
12 ¿Te cuidas con una dieta especial?
De pibe
nunca supe lo que era una alimentación sana, comía lo que sobraba.
En Napoli,
que no jugué, empecé a comer y comer, y el nutricionista me dio una dieta
especial.
Me costó
un montón cambiar, pero de a poquito me fui adaptando.
Prohibido
no tengo nada, por ahí todos los días meto un bocadito dulce con el café para
sacarme la ansiedad. Y ando bárbaro.
13 Un par de consejos claves para meter goles.
Que el gol
es un pase a la red, no siempre hay que matar al arquero.
Que en el
área, el delantero siempre tiene un tiempo más; a veces pareciera que el
delantero está más desesperado que el defensor.
Después,
estar ubicado, tener intuición de dónde va a caer la pelota.
Cuando un
goleador entra en sequía, en general es porque vos vas para un lado, y la
pelota para el otro lado.
Cuando
estás derecho, te cae donde vos estás. Y la metes.
14 ¿Sos de chamuyar a los defensores?
Las peleas
que tengo con los defensores pasan por “viejo marica, te vivís tirando”. Yo les
contesto: “Sí, estoy viejo, me tengo que tirar porque sino no puedo jugar”. Me
lo tomo en joda, y eso les da más fastidio.
Lo que
pasa es que los defensores están acostumbrados a que ellos peguen y que no les
peguen.
Si vos
estás acostumbrado a pegar, cuando te chocan, bancatela.
15 ¿Hay mucha pica entre defensores y delanteros?
Hoy lo
hacen más para vender humo que por otra cosa, porque saben que ante un mínimo roce,
ya la cámara te enfoca y a ver quién de los dos es más guapo.
Cuando te
echan, se va cada uno para su vestuario, se saludan y no pasa nada. Puro humo.
16
¿Qué es lo peor que te dijo un defensor?
Nada
grave.
Cuando
recién empezaba, Sergio Vázquez me quiso asustar: “Nene, dejá de correr que te
parto la pata”.
Era común
que uno de experiencia le hablara así a un pibe.
“Más
patadas de las que me dieron en la C, no creo que me peguen”, le contesté. Y
listo.
17 ¿Qué
te genera no poder sacarte la camiseta para festejar un gol?
Es
terrible.
Si te levantas
la camiseta, amarilla, si te querés colgar de un alambrado, te echan. Va a
llegar un momento en que vas a meter un gol y en vez de disfrutar te vas a
poner a llorar.
Porque si vos cargas a la hinchada rival o haces
tiempo, bueno, está bien, pero el gol es lo más lindo que hay, y no dejan que
salga la alegría acumulada.
18
¿Está bueno vivir del gol?
Sí. A
veces por ahí fui pivote, me llevé marcas, habilité a mis compañeros, tuve un
gran partido, pero como no metí goles, al otro día me ponen 4 en los diarios y
me cuestionan.
Igual, si
volviera a nacer, elegiría ser goleador, sin dudas.
Me encanta
esa presión de tener que meter goles.
19 El mejor consejo que te dieron.
“Lo
importante no es llegar sino mantenerse” parece una frase boluda pero es muy
cierta.
Es lo más
difícil.
Si un
jugador lleva a 10 o 15 años en Primera es por algo y se gana el respeto.
Todos los
días tenés que rendir examen.
Yo llevo
más de 260 goles y cada domingo lo tomo como una final, un examen, y me mato
por estar bien.
20 Contame de tu infancia. ¿Pasaste hambre?
Sí, el
famoso pan duro que tenías que dejar varios minutos en el mate cocido, porque
sino no se ablandaba.
Esa fue mi
cena muchas noches.
Hubo días
que estábamos con mi hermana y les preguntaba a mis viejos: “¿No comen?”.
El me
decía: “Después, ahora coman ustedes”.
Y nada, yo
me daba cuenta: lo decían porque no había. Y comían lo que quedaba.
21
¿Cómo surge tu idea de ayudar en un comedor infantil?
Por lo que
pasé de pibe.
Me lo
propuso Héctor Nieves, que está metido en la política y me conoce de chico. No
me gusta salir en los diarios por eso.
Siempre
digo que si uno lo hace de buena fe, no tiene que andar contándolo.
Pero si me
preguntan, lo digo. También compro juguetes para los chicos, o útiles. Esto
empezó con las bolsitas en México.
22 ¿Qué son las bolsitas?
Cada diez
días voy y compro alimentos en el supermercado: 7 bolsas de azúcar, 7 de yerba,
de arroz, fideos, galletitas, y hago bolsitas con una de cada una.
Cuando voy
en el auto y veo gente revolviendo basura, o los chicos que te piden en los
semáforos, paro y les doy.
Algunos te
la rechazan y te piden plata. “Plata no hay, chau”, les digo.
23 ¿Te reconocen cuando parás?
Algunos,
sí. “Eh, Caldera”, por ahí me gritan, entonces le doy la bolsa, bajo la
ventanilla y rajo.
24 ¿Qué es La Favela?
El lugar
donde nací, en La Plata. Le pusieron así por las villas de Brasil.
25 ¿Cómo era tu casa?
De cartón
y chapa; ladrillos, ni uno.
Era un
cuarto grande, dividido por cortinas.
Si mi
viejo se enteraba que a 20 cuadras estaban asfaltando, me decía: “José, agarra
el balde y trae brea”.
Y después
tapaba los agujeros del techo. Cuando podía, mi viejo vendía fruta en la calle,
sino hacía de botellero.
26 ¿Habías goteras?
¡¿Goteras?!
Llovía más adentro que afuera, era un colador.
Por
suerte, el techo nunca se nos voló, mi viejo le daba mucha importancia, no sé
qué le ponía, pero no se volaba nunca.
27 ¿Y el baño? Afuera, a 30 metros, era un pozo
para compartir.
A la
noche, no sabés cómo aguantaba el pis, no iba ni loco.
Nos
bañábamos en un fuentón ancho: te sentabas y con un vaso te tiraban agua, te
enjabonabas y con la misma agua te enjuagabas.
Agua fría.
En la villa viví hasta los 11 años y después pasé enfrente, a los monoblocks
hasta los veinte pico.
28 ¿Cómo son los picados de la villa?
A morir: jugas
por guita torneos relámpagos de ocho de la mañana a ocho de la noche en el
verano.
Jugas, te tomas
una cerveza, seguís jugando, a veces te pagan lo apostado, otras te tenés que
pelear.
Se
arrancaba bien pero ya en la semifinal, con todos medio “copeteados”, empezaba
el quilombo.
Yo no era
de pelearme habitualmente, pero me han llenado la cara de dedos mil veces.
29
¿Es más jodido jugar en Primera o en la villa?
En la
villa; en Primera te cuidan más.
Mira a
Tevez.
Si vos
salías a pelearle, a forcejear, entrabas en la de él.
- ¿Tevez
se hace fuerte en juego aéreo? - No, se hace fuerte en pelota al piso, en
recibir de espalda, en meter el culo, ahí no se la podes sacar, y eso te lo da
la villa. También el terreno donde pateas. Y jugar descalzo.
30
¿Vos jugabas descalzo? Sí, muchas veces.
Con
piedritas, vidrios, de todo, y nunca me corté.
Y si me
cortaba, ni me enteraba. Tenía un par de zapatillas, pero eran para ir a la
escuela. Cuando llegaba a casa, mi viejo me pedía que me las sacara para jugar:
“Ponete dos izquierdas, dos derechas, o anda descalzo, pero ésas dejalas para
el colegio”.
31
¿Cuál fue la principal enseñanza que te dejó la villa?
Un montón.
Hoy voy a
La Favela, me saludo con todo el mundo y me quedo a tomar cerveza con ellos.
Gracias a
Dios me adapto a todo.
Si tengo
que hacer una charla con Niembro para la tele, voy con saco y corbata y si
tengo que ir con los amigos de La Favela a comer un chorizo con cerveza, lo
hago igual.
32 ¿Cuáles son los códigos de la villa?
Ir de frente.
Me ha pasado muchas veces de decir: “¿Van a
salir? Voy con ustedes”.
Y ellos me
contestaban: “No vengas porque vamos a hacer esto y esto, y nosotros estamos
sucios”.
Eso es ir
de frente.
El
verdadero amigo es el que te dice la verdad, el que no te quiere involucrar.
Si yo voy
a comer a la casa de un amigo, no me voy a acostar con su mujer, porque para mí
las mujeres de mis amigos tienen bigote.
Y después escuchas a tipos que se llenan la
boca y hacen cada desastre...
Lamentablemente el ambiente del fútbol te lleva a
ser mentiroso, hipócrita, ventajero, falso.
Y ése es el supuestamente más vivo. Para mí no
es el más vivo.
33 De que cuadro sos hincha en realidad?
Amo Cambaceres sera que en realidad que es al Club que le debo todo.
Cuando jugué siempre deje todo en cada partido
Por cada lado que pasé como Profesional lo sentí como fanático así que fui de cada cuadro donde trabajé.
El día que dirija seré fanático de donde ejerzo la Dirección Técnica.
34
¿Afanaste alguna vez?
No, es
rarísimo, pero debo ser un perro verde.
Mi viejo
me la cantó clara desde pibe: “Si vos me traes un caramelo afanado, te corto
los dedos y te llevo a la comisaría”.
Mi viejo
nunca tocó nada, y eso que le faltaron muchas cosas, eh.
35
En La Favela debe haber varios de la barra de Gimnasia, ¿nunca tuviste
problemas?
No, porque
yo soy muy calentón, entonces no soy de cargar a la gente, porque no me gusta
que me carguen.
Siempre
respeté.
Después
del 7-0 muchos me quisieron hacer la foto con los 7 deditos y dije que no. El
fútbol es una rueda.
36 ¿Por qué te echaron de las inferiores de Estudiantes?
Yo había
entrado con cinco años y en quinto grado me bajaron.
Lo más
triste de todo es que me dejaron libre no porque jugara mal, sino porque era
bajito.
Hay chicos
que se desarrollan antes que otros y yo no era uno de ésos, mala leche. Fue una
patada en los huevos.
Mi viejo
me dijo: “Ahora tenés que trabajar, vendes fruta conmigo o te buscas un laburo,
porque las cosas no están bien”.
A los 15
días un amigo mío me dijo: “Voy a dejar de laburar en la panadería de 9 y 41,
si querés presentate el lunes”. Fui y empecé ese mismo día.
37
¿Qué hacías en la panadería?
De 6 a 8
acomodaba el pan y las facturas para el mostrador, de 8 a 12 hacía reparto en
bici para bares y cafeterías, de 12 a 1 baldeaba todo y me iba.
Un día,
Pochi Mendoza, un técnico, me dijo: “Cuando quieras, vení a Cambaceres”. Y así,
con un par de facturas y una Coca de almuerzo, todo hinchado, me iba hasta
Ensenada en bici.
38 ¿A Gimnasia fuiste por despecho?
No, nunca
fui un tipo rencoroso.
Aparte si un día tengo que dirigirlo lo haré con seriedad y responsabilidad.
Ahi como te dije antes pasaré a ser hincha de Gimnasia.
39
¿Cómo hiciste para no darte por vencido con tantas pálidas?
Porque
siempre tuve a Cambaceres en la mano, con una puertita abierta.
Antes que
quedarme pateando en el barrio, iba a Camba.
Y cada vez
que iba, rendía.
40 ¿Te hicieron un favor al no ficharte en Gimnasiaa?
Seria mi destino empezar en Cambaceres e ir creciendo dia a dia
41 Si hubieras llegado a la Primera en Gimnasia, ¿cómo te habrías
manejado .
Como un Profesional dejando todo por la camiseta como lo hice en todos los Clubes.
42 ¿Es muy distinto jugar en la C que en la A?
Nada que
ver.
No sólo
por los jugadores, sino también por las canchas y el entorno.
-En la C jugas
más por amor a la camiseta: terminabas el partido, te subías al micro y tenías
el sándwich con la gaseosa y nada más.
Cuando
empecé a meter goles en Cambaceres, el presidente me dijo: “Deja de trabajar y
yo te pago el sueldo que ganabas en la panadería, así te dedicas a esto”. Eso
fue lo único que recibí.
43 ¿Es más jodido meter goles en la C o en la A?
En la C:
la pelota pica para cualquier lado, hay un solo juez, sin asistentes, sin
cámaras, con dos policías, si te pegan una piña no la ve nadie.
Todos los
cortes que tuve fueron en la C y en la B, y todos por piñas.
Miguel
Ignomiriello, mi DT cuando empecé en Camba, me dijo: “Al área no entrés porque
te matan a piñas”.
En el
primer córner me quedé afuera del área y sentí el ruido de la piña que le
dieron a uno. Tremendo.
44 ¿Cuál es la cancha más jodida?
La de Lugano es brava, está en un pozo, detrás de la villa. La de Dock
Sud, la de Midland.
45
La vez que la pasaste más fulera.
Una vez le
ganábamos 1-0 a San Telmo en su cancha, desapareció la policía, y nos vinieron
a apretar en el entretiempo: “Acá hay que perder, eh”.
Cuando se fueron, los capos del equipo me
tranquilizaron: “Seguí como siempre, nosotros nos arreglamos”.
Otra vez,
en Argentino de Quilmes, jugando en Quinta, hubo una falta que el juez no
cobró, saltó uno, otro, un padre, la policía, terminamos todos a las piñas.
46 ¿Cómo tomaste el descenso con Estudiantes?
El Gordo
Garisto, que había ido a argentinos, me quiso llevar.
“Luis, me
quiero quedar a dar vuelta esto, si no es una mancha que no me la saco más”, le
dije.
Nos
quedamos el Rusito Prátola, Rubén Capria, Paris, yo y algunos pibes, después
vinieron Russo y Manera, trajeron refuerzos grosos como Bossio, Llop, Rojas,
Leo Ramos, explotó y subimos.
47 ¿Jugaban con mucha presión?
Muchísima.
Había que subir o subir.
La clave
es que se armó un grupo bárbaro.
Para mí,
cuando un equipo consigue algo es porque está muy unido, si no es jodidísimo.
48 Tu gol más importante.
El más
importante es el que va a venir.
49 El día más feliz y el más triste en el fútbol.
El más
triste cuando descendimos, parece que se te cae el mundo.
El más
feliz, cuando entré cinco minutos contra Perú por las Eliminatorias 98, que
todo el estadio empezó a pedirme. No lo podía creer.
50 ¿Qué es lo mejor de ser futbolista?
Hacer lo
que a uno le gusta.
51 ¿Y lo peor?
Tener que
bancarte salir de un cancha tirado en el piso del micro porque te cagan a
piedrazos.
Y que te la creas.
Uno es
jugador de fútbol adentro de la cancha, afuera sos un laburante como
cualquiera, más allá del privilegio por la situación económica o la fama. Somos
todos iguales, la diferencia es que uno sale en la tele.
Todos
vamos a parar al mismo pozo.
¿Qué
es lo que menos te bancás del ambiente?
Las
falsedades, sobre todo la del jugador.
Ahora se
da el rito moderno de saludarse antes de empezar y después, si pueden romperte
la pata, te la rompen.
Entiendo
que todos juguemos a ganar, con ventaja, el gol de Diego con la mano vale para
mí, es la picardía, todo bien, pero no le cagués la vida al otro.
Y si te
pueden mandar en cana, también lo hacen, no me lo banco.
Después
van todos 20 días juntos a Punta Mogotes y se cagan de risa.
Es así: en
este ambiente hay un montón de falsedades.
Fuente: Reportaje publicado en El Gráfico en la edición de noviembre de
2008 Por Diego Borinsky
Como Jugador
Como entrenador
REFLEXION
Un hombre que siempre fue de frente y se banco las
consecuencias.
Un ejemplo de deportista para todos los chicos que se
inician y los que están en carrera.
Actualmente es parte y goleador del seleccionado Argentino en el Indoor
Show
Los grandes quedan en la
memoria de todos como ser
humano posee todas las virtudes y en la que se destaca es la humildad que puede considerarse una de las más difíciles de
conseguir y José Luis Calderón es eso humildad porque: “El
secreto de la sabiduría, del poder y del conocimiento es la humildad”