La Asamblea General, en su resolución 45/106, de 14 de diciembre de 1990, proclamó el 1° de octubre Día Internacional de las Personas de Edad, como seguimiento de iniciativas de las Naciones Unidas tales como el Plan de Acción Internacional de Viena sobre el Envejecimiento, aprobado en la Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento celebrada en 1982 y que la Asamblea General hizo suyo ese mismo año (resolución 47/86).
En este Día Internacional, se hace un llamamiento a los gobiernos para que redoblen sus esfuerzos con el fin de atender las necesidades de las personas de edad.
Las principales intervenciones son bien conocidas: ofrecer acceso universal a los servicios sociales; aumentar el número y el valor de los planes de pensiones; y formular leyes y políticas que impidan la discriminación por motivos de edad o de género en el lugar de trabajo. Solo quedan cinco años para 2015, el plazo fijado para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y es hora de que todos los gobiernos adopten medidas de protección financiera, jurídica y social para sacar a millones de personas de edad de la pobreza y garantizar su derecho a vivir una vida digna, productiva y saludable.
Se consideran personas de edad o personas mayores' a las personas de más de 65 años.
Históricamente, hasta el siglo XIX, llegar a esa edad era un privilegio con el que pocos contaban ya que la esperanza de vida, incluso en Europa, no superaba los 40 o 50 años.
Actualmente la población mundial de más de 65 años crece rápidamente, más incluso que el crecimiento general de la población.
Es decir, hay muchas más personas mayores en total, y hay más personas mayores en relación con el total de la población.
En las naciones más desarrolladas las personas de más de 65 años de edad eran en 1950 el 8% de la población, ahora son el 14% y en el año 2050 serán casi el 25% de todos sus habitantes. Y una tendencia parecida se da en el resto de los países del mundo aunque las proporciones sean menores.
Pero ante esta situación demográfica se plantean nuevas cuestiones. Al haber más personas mayores (un periodo de la vida en el que muchas no trabajan y en el que empeora la salud) la sociedad debe emplear más recursos humanos y económicos para su atención.
Sin embargo, no siempre estos recursos se emplean o, simplemente, no están disponibles y se puede producir una extraña paradoja que se viva más pero la calidad de vida en los últimos años sea peor.
Por eso Naciones Unidas ha propuesto unas acciones a favor de las personas mayores que deben tener en cuenta los Gobiernos:
Ayudar a los ancianos a tener una mejor calidad de vida y a valerse por sí mismos.
Crear condiciones para que puedan trabajar y vivir de forma independiente tanto tiempo como deseen o les permita su salud.
Reconocer las contribuciones de las personas mayores a la sociedad y promover el voluntariado entre ellas.
Mejorar los servicios de salud.
Establecer sistemas de pensiones basados en la solidaridad entre generaciones, prestando especial atención a las necesidades de las mujeres.
Ayudar a las familias a ayudar a sus ancianos.
Eliminar las formas de discriminación contra los ancianos
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