La seguridad pública implica una situación social libre de riesgos peligros y conflictos en cuyo marco los ciudadanos pueden gozar y ejercer sus derechos libertades y garantías constitucionales, y el la que existen políticas y mecanismos institucionales eficientes tendientes a prevenir controlar y neutralizar aquellos riesgos, peligros o conflictos concretos o previsibles que lesionan sus derechos, libertades y garantías. Ello implica la formulación e implementación de un conjunto de políticas y acciones coherentes y articuladas dirigidas a garantizar la paz pública por medio de la acción preventiva y la conjuración de los delitos o faltas.
En un estado democrático, el funcionamiento eficiente de la seguridad pública debe asentarse en tres pilares básicos que son: un liderazgo gubernamental sobre la institución policial, una policía capacitada y honesta y una ciudadanía activa y comprometida.
Si nos unimos y construimos seguridad ciudadana entre todos haríamos que disminuyeran los índices delictuales, de violencia, de drogadicción.
Entre todos podemos.
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