Aprende a ser como el arco iris, que en
una situación de tormenta se resguarda, esperando el momento para
hacer su aparición y brillar con toda su belleza.
Pero que tu resplandor y colorido no sea tan fugaz como la del arco iris, que nos deja con deseos de seguir admirándolo.
Que tu brillo perdure siempre, para que la gente
que esta a tu alrededor se contagie y pueda también resplandecer, generando
juntos una luz multicolor permanente.
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