En Argentina, el país productor de alimentos para dar de comer a cientos de millones de personas, aproximadamente 25 niños mueren por día antes de cumplir un año.
En Argentina más de seis millones de chicos viven en la pobreza y la mitad de ellos pasa hambre. En la Ciudad de Buenos Aires, ocho niños mueren por día antes de su primer año.
En pleno centro porteño, si uno realiza una recorrida muchos chicos, revuelven la basura en busca de comida y se acomodan sobre cartones para pasar la noche, recostados en hilera, aspiran pegamento, consumen paco y otras drogas.
En La Matanza (Gran Buenos Aires) en el Mercado Central, más de 200 chicos de entre 8 y 13 años se prostituyen para poder comer.
La desnutrición sufrida durante el embarazo y en los primeros meses de vida produce daños irreparables en el ser humano: retraso mental y físico, bajo peso y talla y dificultades en el aprendizaje.
El informe de UNICEF revela que el 66% de los niños y las niñas mueren en su primer mes de vida; más de la mitad de estas muertes son evitables.
UNICEF aclara que en Argentina, el lugar de nacimiento condiciona las posibilidades de sobrevivencia:
Las probabilidades de morir antes de cumplir un año son tres veces superiores en Formosa que en Capital Federal.
En las Provincias de Jujuy o Chaco, la probabilidad de muerte duplica a las jurisdicciones más favorecidas. Lamentablemente en la muerte por desnutrición se pone “Paro cardiorrespiratorio” término usado con el que se encubre la desnutrición en los hospitales nacionales y provinciales colapsados por la falta de médicos, enfermeras, insumos y presupuesto.
En la Ciudad de Buenos Aires, la tasa de mortalidad es de 8,3 por mil nacidos vivos; incluso en la orgullosa, rica y poderosa Capital Federal, el índice supera al de Cuba.
La falta de alimentación está sumada a las condiciones de vida: la carencia de agua potable y de desagües cloacales favorecen la aparición de enfermedades infecciosas como la diarrea o la parasitosis que, en edades tempranas, provocan la muerte.
El 86% de los niños del 10% de los hogares más pobres tiene problemas habitacionales.
Los niños del 10% de los hogares más pobres tienen tres veces más chances de no ir al jardín de infantes.
Los adolescentes pobres registraron 9 y 25 veces más posibilidades de abandonar o atrasarse en los primeros años de EGB y los últimos del Polimodal.
Los estudios evidencian que este déficit y desigualdades tienden a profundizarse en Argentina y revelan violaciones a derechos exigibles.
Argentina produce alimentos suficientes como para dar de comer a varios cientos de millones de personas, posee un alto índice de PBI Per capita y un elevado desarrollo científico-tecnológico.
En las entrañas de su tierra hay petróleo, gas, oro y plata. y el acuífero Guaraní, compartido con Brasil, Paraguay y Uruguay, es una de las reservas de agua potable más importantes del mundo.
Creo que hay cosas para reformularse. El hambre es un delito.
1 comentario:
No entiendo el estado de enajenación en el que estamos en este mundo.
Mientras exista una sola persona con hambre, los gobiernos no podrían hacer ninguna otra actividad con sus presupuestos, es puro sentido común.
Cada presidente debería dejar su cargo inmediatamente si se le muere una persona de hambre en su país pudiendo evitarlo.
Y siempre se puede evitar. Pues si no le alcanza el presupuesto para cubrir eso, entonces presupuestó mal, y debería manotear cualquier partida para resolverlo.
Hay una sola cifra aceptable para la mortalidad por hambre, y es 0%.
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